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Psicosociales

Internet: lazos de una comunidad universal

Internet: lazos de una comunidad universal Internet se ha convertido en estos días en una fuente de posibilidades de la que no se puede avizorar un límite. El ciberespacio, cada vez más vasto y accesible, está instaurándose en nuestra mente y, poco a poco, se está haciendo parte esencial de nuestras vidas. Su impacto es de gran trascendencia y se desconoce aún de qué manera está afectando nuestras vidas, que aspectos de ella se ven potenciadas y qué se verán relegadas.

Pero de lo que sí estamos seguros es que está cambiando el significado del ser y el no ser, puesto que está modificando nuestros valores, conceptos del mundo, del espacio, del tiempo, de las relaciones humanas, etc., todo lo cual, de todas maneras, nos conducirá a una situación muy diferente de lo que hoy conocemos.

En nuestro país hay cabinas de Internet en todas partes, sus herramientas cada vez más potentes y su facilidad de uso son su gran virtud, hecho que lo ha convertido en la diosa de cristal a la cual acude toda persona que busca información o desea comunicarse de manera fácil, rápida y económica.

En el terreno profesional su impacto es profundo y probablemente sea mucho más sensible aún. Pues el que ignore sus conceptos y procedimientos elementales corre el riesgo de ser rebajado en su condición y, en la práctica, quedar al margen de la competencia, es decir, que sea relegado de toda posibilidad de incluirse en el mercado laboral e inclusive en la vida social.

Si hasta hace un año, desconocer lo básico de la computación significaba ser analfabeto, ahora ignorar Internet, ser incapaz de navegar o manejar un correo electrónico, es algo así como no existir, no haber nacido. Tener un correo electrónico no es solamente poseer un buzón electrónico, sino también tener una identidad, una partida de nacimiento en el ciberespacio, con lo cual nos construimos un camino al ahora y una ventana al mundo.

Esta tecnología nos arranca del barrio, pueblo o nuestra ciudad, pues ahora más que nunca nos hacemos concientes de que somos ciudadanos del mundo y que tenemos derechos, virtudes y defectos como tantos otros seres que viven a distancias tan grandes, pero que sufren y persiguen cosas, ideales y sueños tanto como nosotros.

Internet ha abierto caminos, hasta hace poco inimaginados, ha ayudado a derribar muros, bloqueos y olvidos. Está uniéndonos con nuestros pares en la solidaridad, así como uniendo esfuerzos en la búsqueda de lo imposible: la paz, la justicia, la afirmación de la vida y los valores, así como la universalización de los derechos humanos. Nos está ayudando a crear la gran comunidad universal. Esto quizás sea su mayor virtud.

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