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Psicosociales

Presentación

En este espacio se exponen puntos de vista en relación a ciertos aspectos de la realidad nacional, que no necesariamente son diferentes a lo que el común de la gente piensa o ha observado en su quehacer cotidiano como simple ciudadano del Perú. Pero sí creemos que será diferente a lo que dicen los grupos de poder oficiales y no oficiales, y todos aquellos que persiguen algún interés particular y pretenden que sus opiniones y/o acciones sean tomadas como paradigmas de corrección y sabiduría.

No pretendo que estos puntos de vista sean tomados en cuenta ni que se conviertan en parámetros para algún tipo de acción, sino son solamente ejercicios racionales que buscan, además de expresar un punto de vista, limpiar la conciencia del autor y, sobre todo, mantenerla saludable.

Sobre todo Saludable. Pues no solo se trata de hablar sino de no callar. Por que callar implica participar de la corrupción, apañar la delincuencia, contribuir a la destrucción moral del país y ayudar a perennizar la miseria, es decir, callar implica, en este contexto en que vivimos, ser parte activa del cáncer que degenera nuestra mente, envilece el cuerpo y degrada la sociedad.

Por eso aquí no nos quedaremos con la boca cerrada, ni por cuestiones laborales, amicales, filiaciones políticas ni por interés personal o particular ni muchos menos por temores o amenazas.

Los que vivimos en el país hemos constatado con espanto que la corrupción ha rebasado todos los límites imaginados. Ella y sus actores directos han hecho leña de nuestra esperanzas, así como de nuestras más justicieras aspiraciones. La realidad actual exige que nos comprometamos con algo o alguien, que hablemos fuerte y claro, pero también que escuchemos y que exijamos a los que dicen o hacen algo compromisos firmes con los más altos valores e ideales humanos: el derecho a la vida, la libertad, la dignidad, la justicia, la paz. Por supuesto, que esas exigencias tienen que estar dentro de los límites de la democracia y con las herramientas que ella nos facilita: el debate, la crítica la exposición libre y voluntaria de criterios, opiniones y creencias.

Aquí nos opondremos a la injusticia, el crimen, la corrupción más allá de toda consideración amical, partidaria o de cualesquier otra índole.

Hablaremos de política, economía, deportes, cultura, ciencia. etc. No con el afán de darnos a conocer como sabelotodo, sino por que el ejercicio más auténtico de la democracia exige que la gente común y corriente diga, exprese su punto de vista en cualesquiera de los temas de su interés y, los otros, si bien no están obligados a escuchar, si tienen la obligación de no reprimirlos, de no callar sus voces ni mancillar su honor solo por el hecho de pensar y creer en algo diferente. ¡Bienvenido!

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